jueves, 9 de junio de 2016

BLOQUE 2. Adaptación textos folclóricos.

ADAPTACIÓN LITERARIA: (MIL PIELES)


Hace mucho mucho tiempo, no muy lejos de aquí, crecieron puerta con puerta dos personas muy especiales: Una era una hermosa niña, conocida por todo el reino como el máximo exponente de belleza; el otro era un chico desagradable, que nunca seguía las normas y que, con el tiempo, fue llegado a conocer como la persona más cruel y dura de todas.
Pasaron los años, y mientras la hermosa chica ganaba cada día en belleza y hermosura, el hombre también aumentaba en crueldad a la par que su fama. Tanto fue así que un día termino gobernando el reino solo por el miedo que causaba en sus adversarios; así el reino nunca más sería atacado, decían los súbditos.
Tras largos años de paz, nuestro rey se planteaba casarse con una hermosa mujer, y ¿quién mejor que su vecina para ello?. A fin de cuentas, él era el rey y ella la más hermosa..... De manera que le propuso el casamiento. Ella no se sentía atraída por una persona tan cruel y tosca, pero cómo era el rey no podía correr el riesgo de negarse y desencadenar su crueldad. Le dijo: - Antes de casarnos, como regalo de noviazgo quiero un vestido de plata tan brillante y bonito como la Luna. De manera que él puso a la mitad del reino a trabajar en él, consiguiendo plata, tejiendo los hilos y uniéndolos cuidadosamente hasta que, meses después, se lo entregó y volvió a insistir en su proposición.
Ella se dio cuenta de que necesitaba pedir algo más difícil, así que dijo: - Perfecto, pero antes de que nos casemos, me tienes que hacer entrega de nuestro regalo de compromiso: Quisiera un vestido de oro tan brillante y llamativo como el Sol. De manera que él se puso a ello....
Años más tarde, cuándo ya la hermosa mujer había olvidado todo, apareció el rey con su brillante regalo. En verdad el vestido era tan bonito como el sol, pero la chica dijo: -"Perfecto, ahora solo me falta una última cosa". "¿Que cosa?" pregunto él. Quiero que prepares mi regalo de bodas, quiero un vestido que tenga piel de todos los animales. "¡Vale!" contesto él, "pero después de eso nos casaremos y dejarás de ser tan caprichosa". Ella, asustada, asintió.
Pasaron los años y la chica, ya en los albores de su espléndida juventud, recibió un paquete. Cuándo lo abrió encontró unas invitaciones para la boda real dentro de una semana y un vestido muy raro. Un vestido compuesto por pieles de todos los animales, llamativo y sin lugar a dudas muy cómodo y suave.
La chica se encontraba sorprendida, abrumada y en estado de shock, así que decidió huir. En su bolsa de viaje solo metió los vestidos y comida para unos días; al anochecer partió y corrió hacia el bosque adentrándose en éste todo lo que pudo.
Pasaron unos cuantos días y se quedó sin comida, solo vivía de lo que encontraba en el bosque, dormía en un árbol, vestía su cálido traje de pieles que la tapaba entera y bebía del río....
Un buen día un príncipe que salió de caza oyó como sus perros ladraban a un árbol. Se acercó y vio algo. Se encontraba ya apuntando a la extraña presa cuando escuchó: -"No, para. Solo soy una chica que se perdió en el bosque."
El príncipe, conmovido por la historia, le buscó un puesto de ayudante en la cocina del palacio. Ella era la que le llevaba la cena a su habitación. Se sentía muy agradecida por el gesto del príncipe, más aun cuando era el primer gesto que alguien tenía hacia ella sin ver lo guapa que era. De tanto llevar el vestido de pieles por el palacio comenzaron a llamarla mil pieles.
Pasaron los días, y la chica se enteró de que celebrarían un festejo con baile de tres días en el palacio durante el cuál el príncipe elegiría una princesa de las que vendrían de otros reinos para su casamiento. Como nunca había ido a ningún baile, le hizo mucha ilusión, y aprovechó el primer día para, en un descuido, ponerse su vestido plateado y brillante como la luna e incorporarse al baile que celebraban.
El príncipe la vio, e incapaz de reconocerla pero intrigado por su belleza se acercó a bailar con ella. Esa noche, cuando ella se cambio de nuevo, se le cayó un pequeño pendiente del vestido plateado que casualmente fue a acabar en la cena del príncipe.
Él lo vio mientras cenaba, pero no sabía cómo podía haber llegado ahí. Solo sabía que pertenecía a la chica con la que había bailado esa noche.
Al día siguiente, aún continuaban los festejos, y nuevamente mil pieles quiso disfrutar del baile. Se puso su vestido brillante como el sol y se incorporó. El príncipe la vio en la lejanía, y se acercó a pedirla un baile. Durante el baile estuvieron hablando y congeniaron fuertemente. Pero según se conocían se acercaba la hora de la cena del príncipe, de manera que ella se tuvo que ir a toda prisa a la cocina a preparársela. Mientras lo hacía, se le cayó una pequeña orla de su vestido como el sol en la cocina.
El príncipe se paso la noche pensando en ella y el día siguiente buscándola por el reino, pero no dio resultado.
Con el último y tercer día de festejos, nuestra protagonista ya no tenía un vestido por estrenar, asique pasó horas reflexionando; se sentía incapaz de decidir entre no presentarse o asistir repitiendo uno de sus vestidos, ¿pero cuál?. Tanto estuvo reflexionando para solo llegar a decidir que tenía que asistir, ya que no podía renunciar al amor que sentía, que el baile comenzó. Ella sabía que su apenas conocido amado elegiría a su esposa en esa noche, asique partió sin demora a verle. Cuando entró, todos la miraban de manera extraña…. ¡Se había olvidado de cambiar el traje de las mil pieles!
El príncipe quedo reflexivo ante la aparición de mil pieles en el baile. Se quedo mirándola, se levantó y la pidió que le acompañase porque tenían que hablar….. Ella por un momento se sintió avergonzada, ya que suponía que el príncipe la regañaría por entrar al baile y, además, con tan penoso aspecto. El príncipe la miró fijamente y la dijo: “Ahora lo entiendo, tu eres a quién llevo tanto tiempo buscando”; mientras la quitaba la capucha y la besaba.
Los príncipes se casaron, formaron una preciosa familia y un magnífico reino; pero cómo era de esperar, ésto llegó a oídos del rey malvado que hace tanto reclamaba con egoísmo y maldad la mano de la princesa, y declaró la guerra al reino inundado por la ira. En apenas tres días desde ésto, el rey malvado había sido destronado por los súbditos, que temían mucho más el grandioso ejército del magnánimo reino vecino que a su propio rey, los reinos se unieron y al igual que el príncipe y mil pieles, permanecieron siempre unidos y siendo ejemplo de justicia, amor y bondad hasta el día de hoy.


1 comentario:

  1. Bueno... La actividad no está completa porque no has planteado la edad para la que has adaptado el cuento ni has argumentado los cambios en función de esta.
    En cuanto a la adaptación, todo iba bien hasta los bailes. La protagonista del relato que pusieron por escrito los hermanos Grimm no pierde objetos ni se olvida de hacer cosas: es muy lista y tiene clarísimo lo que quiere y cómo conseguirlo. No le basta con enamorar al príncipe con su belleza (para eso hubiese bastado la primera noche de baile). Quiere que sea él quien "se lo curre". Y va poniendo medios muy astutamente. En tu versión, parece que todo ocurre por casualidad y que es el destino el que va conspirando a favor de la joven.

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